(…) La miseria y la pobreza son tan
absolutamente degradantes, y ejercen tal efecto paralizante sobre la naturaleza
del hombre, que ninguna clase es capaz de cobrar conciencia de su propio
sufrimiento. Otra gente tiene que venir a comunicárselo, y con frecuencia se
resisten a creerles. Lo que dicen los grandes empleadores de labor acerca de
los agitadores es incuestionablemente cierto. Los agitadores son esa especie de
gente que interfiere e interviene, que baja hasta las clases satisfechas de la
comunidad, y siembran las semillas del descontento entre ellas. Tal es la razón
de que los agitadores sean absolutamente necesarios. Sin ellos, en nuestro
estado incompleto, no habría ningún avance hacia la civilización. La esclavitud
se erradicó en América , no como consecuencia de acciones tomadas por los
esclavos, ni siquiera de ningún deseo expreso de su parte por ser libres. Fue
erradicada en su totalidad por medio de la conducta flagrantemente ilegal de
ciertos agitadores en Boston y otros sitios, que ni siquiera eran esclavos, ni
dueños de esclavos, ni tenían algo que ver con la cuestión en verdad. Fueron,
sin lugar a dudas, los Abolicionistas quienes prendieron la antorcha, quienes
pusieron en marcha los eventos. Y es curioso notar que de los esclavos
recibieron, no la mera ayuda, sino que ni siquiera sus simpatías; y cuando al
cierre de la guerra los esclavos se encontraron libres, tan libres hasta para
pasar hambre en libertad, que muchos de ellos se lamentaron del nuevo estado de
cosas. (…)
Oscar Wilde (The Soul of Man under Socialism)
Oscar Wilde (The Soul of Man under Socialism)
No hay comentarios:
Publicar un comentario