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miércoles, 29 de noviembre de 2017

Aquellas asignaturas imprescindibles

Educación Laboral: Con un futuro leguminoso por delante, y tanta maquinaria agrícola que reparar, alguna vez entramos a clase creyendo merecer aquel adiestramiento proletario, porque ¿qué otro mensaje se podía entrever, torneando piezas de muebles oficiosos y apretando empecinadas tuercas? ¿Qué nos estaban queriendo decir desde el Ministerio? ¿Es que nuestra sociedad no iba a admitir hombres incapaces de arreglar un fogón o una plancha? Mi congénita torpeza fabril me convencía de lo contrario: los libros abren pasajes secretos, y nos impiden pensar como burdos obreros. Ni el campo ni el taller podían borrar la experiencia de los libros furtivos. Yo reparaba en la ridícula vestimenta de mis profesores, en su torpeza pedagógica y su habla pastosa, y ya sabía que no quería ser como ellos ni aprender nada de ellos. De modo que esta asignatura, de haber sido útil, nos hubiera ahorrado lágrimas y recursos, en un país donde abundan los desperfectos y las roturas. De haber prestado atención, mi sentido práctico habría prevalecido, y yo sería ahora otro peón orgulloso de su complejo agro-industrial; y lo que es peor: quizás sería feliz.

Dibujo Técnico: Una educación comunista no está completa si no se atiborra al alumno de conocimientos perfectamente inútiles. El nivel del trazado, y la exactitud que requerían los planos servían para detectar posibles rotulistas e ilustradores, siempre necesarios en la guerra ideológica. Las mayores batallas de la Revolución, como sabemos, se han librado contra los muros blancos y las pancartas vacías. Tiempos para añorar, aquellos en que los rótulos no se desmarcaban del rectángulo imaginario, fruto del buen aprovechamiento de una asignatura elitista, contra la que se estrellaban muchos sueños y pulsos temblorosos.

Fundamentos de los Conocimientos Políticos: ¿En qué estadio de inmadurez andaba nuestro raciocinio antes de que nos iluminaran con la dialéctica materialista y su certera aplicación social? De no haber sido por Afanasiev, todavía creeríamos que la filosofía era aquella acumulación de sabiduría y tradiciones indias y chinas: máximas y versículos donde no existía la pugna que encierra toda lógica. ¡Ah, la belleza de razonar en torno a la unidad y lucha de contrarios, la negación de la negación y la ley de los cambios cuantitativos en cualitativos! Gracias a esta asignatura creció nuestra capacidad retórica y aprendimos la utilidad de los sofismas, sobre todo para justificar nuestros incontables errores. Convencidos de que el comunismo es una necesidad histórica, esperamos su llegada desde esta orilla, leyendo a Konstantinov bajo una palmera de Miami Beach.

Preparación Militar Inicial (PMI): ¡El sueño de todo adolescente americano! ¡Portar un AKM en territorio escolar, y poder dispararlo contra los condiscípulos! En nuestro caso, valdría aclarar que las ráfagas siempre fueron accidentales. El ejemplo que recuerdo: una jovencita exageradamente tímida, obligada a tomar el arma y apuntarla hacia los blancos del improvisado campo de tiro. Y tan nerviosa que se ponía, que apretaba con firmeza el gatillo y se volvía hacia el grupo, todavía disparando, para preguntar: “¿Así, profesor?” Todos nos tirábamos contra el piso, y por suerte, la muchacha apuntaba hacia lo alto, y esa vez sólo nos tocaba sentir el entrecortado soplo de Átropos. ¡Una asignatura excitante!

Bases de la Producción Contemporánea (BPC): Asistir a una clase con semejante nombre constituía todo un desafío. Y mucho más cargar con su libro de texto, que pesaba alrededor de 5 kilogramos. Era algo así como verse obligado a pasar cursos de “Iniciación al Martirologio Textil Sincronizado” o “Introducción a la Parametración de Actividades Resemantizadas”. No todos pudimos aprovechar la revelación de los tantos secretos que guardaba el motor de combustión interna, y hoy sufrimos las consecuencias, dispersos por las carreteras del mundo, arrimados a las cunetas, el capó levantado, y marcando desesperadamente el número del único mecánico cubano que conocemos, posiblemente alguien que siempre sacó sobresaliente en Bases de la Producción Contemporánea, y nos lo hace pagar caro. 

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