Esa frase terrible: iniciativa privada. Los
gobiernos circulares tratarían de usurpar cada oficio conocido, aspirando a una
especialización que nunca llegará. Imaginad que el propio rey asume el
patronazgo de los verduleros y los sastres, y que diserta sobre las
posibilidades de combinar razas ganaderas, y que intenta demostrar que no
existen diferencias entre un electricista y un policía. Hablamos de un reino
donde el poder emana del trono único. Nada de espejismos. Aspirantes y
herederos como ilusión mediática, para contentar al corro de amigos. El Poder
comunicado por etapas, de un rango a otro. Para que se expanda el mito de la
continuidad y que nadie asuma lo peor. Pero el general más condecorado tiembla
como una niña ante el cetro. El cónsul más elocuente tartamudea al leer su
reporte. El firme ensayista, que ha explicado los símbolos mesiánicos y que ha
dado con la teleología más conveniente, abandona su chuleta para hacer una
reverencia al recién llegado, el patrón y dispensador de banquetes: el
conocedor de todos los oficios. Porque nadie sería capaz de propiciar detalles
que permanecen vedados a sus insuficientes adiestramientos. Información,
alimento: on a need to know basis. ¿Ministros de Cultura? ¿Cancilleres que
explican la indignación oficial con acento sinaloense? ¡Pueden ser degradados y
forzados a convertirse en pintores! Sólo el patrón maneja los silogismos de la
generalidad. Sus empleados comunican los razonamientos temporales, lo efímero.
Need to know basis: no os corresponde saber más, no viváis de ilusiones.
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